Comerme mi cerebro. Comérmelo como el hígado... encebollado. Cortarlo con cuchillo de plata. Levantar el dedo meñique al agarrar el tenedor. Llevar lentamente el pedazo de cerebro a la boca. Masticarlo y disfrutar los recuerdos, las penas y los miedos. Comerme mi cerebro. Comérmelo como el hígado... encebollado.
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