viernes, 29 de abril de 2011

I want to live in a world where...

- I want to live in a world where the characters of my short stories invite me to tea parties...
- I want to live in a world where ravens are like writing desks...
- I want to live in a world where mirrors are portals to other dimensions...
- I want to live in a world where you can go to Disney World for free...
- I want to live in a world where the clouds taste like cotton candy...
- I want to live in a world where dogs can talk...
- I want to live in a world where the rain tastes like grape juice...
- I want to live in a world where cars have marshmallows instead of wheels...
- I want to live in a world where you can record your dreams...
- I want to live in a world where you can see your nightmares trapped in the dreamcatcher...
- I want to live in a world where you can change the weather just by pushing a button...
- I want to live in a world where you never ever get sick...


I really want to live there...

sábado, 23 de abril de 2011

El niño que no podía dejar de comer

Había una vez un niño al que le gustaba tanto comer,
que podía pasarse todo el día en la cocina.
Chocolates, panqués y rollos de canela eran sus favoritos,
los comía en el desayuno, en la comida y hasta en la cena.
La pobre de su madre se preocupaba mucho,
porque veía que su barriga crecía y crecía.
Cuando su mamá le prohibía que comiera y le cerraba la cocina,
se salía al jardín, pero en vez de jugar, cortaba las flores y se las comía.

Estaba tan gordo que sus brazos y sus piernas se veían muy pequeños,
y de la cabeza apenas se le veía el pelo.
Un día se despertó y no se pudo levantar.
Gritando llamó a su madre para que fuera a ayudarle.
Quería ir a la cocina porque tenía hambre.
Comía como desesperado, agarrando todo a su paso.
Huevos, sardinas y también sándwiches,
jamón, pizza y rebanadas de sandía.
Bebía leche y aguas frescas para pasar la comida,
aunque un poco de refresco le alegraba el día.

Llegó un momento en que, a pesar de estar tan lleno,
se comió un pastel recién horneado que su mamá le había hecho.
Feliz y emocionado y con la cara embetunada,
pedía más comida y agua porque sentía que se ahogaba.

De pronto algo inesperado pasó, y un temblor agitó la cocina.
La gran barriga del pequeño niño se sacudía sin parar.
Muy asustado rodó hasta la salida,
con mucho esfuerzo llegó hasta al jardín
y con la esperanza de detener a su barriga,
para que no se inflara más,
arrancó rápidamente algo de pasto
y empezó a masticar.

El pobre niño, sin darse cuenta de su error,
siguió comiendo todo lo que consiguió.
Chicles masticados y colillas de cigarros,
hasta un gancho de la ropa que su madre había tirado.
De repente mientras se inflaba
y muy feliz recordaba todo lo que había comido,
la gran barriga del niño dejó de temblar.
Entonces, cerrando los ojos le dijo adiós a su madre
y sonriendo aliviado explotó.

Nadie cree que todo esto fue real.
Ese niño era mi vecino y yo lo vi explotar.
Puedo decir que nunca lo había visto tan feliz como ese día,
incluso más que cuando comía, en el cual por fin logró descansar.

Grim "mini" short story

—Today is a good day —he said after seeing his dead body lying under a bus.

viernes, 22 de abril de 2011

Un minuto más

Me dicen el fin, me llaman la Muerte, algunos me temen, otros me desean, otros no quieren encontrarme, pero es inevitable, soy eterna e indispensable.
Miradas, voces, miles de pensamientos, ruegan por más tiempo, piden. Los escucho atentamente, los veo. Viven la vida sin darse cuenta de lo que vale. La usan, la malgastan, y cuando llega el final, me piden un minuto más. Y pensar que valoran más ese minuto que todo lo que dejan atrás. Me entristece. Ojalá fuera tan fácil, ojalá que con el sólo hecho de arrepentirse pudieran salvarse.
Durante sus vidas trato de advertirles, de hacerles entender que nada en su vida es gratis. Es triste que tenga que llegar ese momento para que aprecien todo lo que perderán. Una caricia, una mirada, todo lo que no supieron valorar. Sólo se acuerdan de mí cuando deciden vivir.
No puedo decir que lo siento, porque a fin de cuentas tengo que hacerlo. Tengo que llevármelos, uno a uno, aunque eso signifique el fin del mundo.
Así que cuando llegue el momento de que camines a mi lado, puede ser que sólo te conceda un minuto más. Aunque si lo llegas a pensar, un minuto puede ser una eternidad.




Este cuento lo "metí" en un concurso que hizo Gandhi, bueno, una versión más corta...tal vez no lo publiquen, pero al menos tuve el valor para enseñarlo...

Reunión de familia

Estaban todos sentados a la mesa. No recordaba la última vez que los había visto. Optimista, creyó que una reunión familiar sería lo ideal para pasar las fiestas.
Al principio, todos muy cordiales se saludaron de beso y abrazo, y se sentaron a cenar. Contaron historias y recordaron sus infancias, hasta que empezaron a reñir por tonterías de las que ella ni siquiera se acordaba.
Minutos después, sentada a la cabeza de la mesa, sonreía porque todo estaba en calma. El silencio la complacía. Todos en la mesa callaban.
Dejó entonces su copa y se levantó. El veneno había actuado rápido. Una agradable reunión de familia.

jueves, 21 de abril de 2011

El perro

Curiosamente hoy he andado muy "GRIM". Este mini cuento se me vino a la cabeza porque escuché a uno de mis perros. Pobrecito, si supiera lo que he escrito, dejaría de quererme...


Escuchaba ladrar a su perro. Intentaba dormir pero el animal ladraba sin cesar. Con la esperanza de dejar de oírlo se tapó la cara con la almohada. No funcionó. Para detener a su mascota se levantó y muy enojado salió rápidamente al jardín, sólo para encontrar la cabeza del perro colgando, junto a la grabadora que él mismo había dejado, con los ladridos del perro grabados y el volumen al máximo.



Un poco raro, es verdad...pero si no lo escribía, no me lo iba a poder sacar de la cabeza...

No más

Decidió que esa era la última vez que se tropezaba. Estaba harto de pasar más tiempo en el piso que en su cama. Se dirigió al sótano. Bajando las escaleras hablaba en voz alta y decía: No más. Entonces se sentó en una caja, tomó una sierra y se cortó las piernas.

Zombie

Con un estornudo le salió el cerebro por la nariz. Estupefacto vio cómo se deslizaba por la pantalla de su computador. No hizo nada más que mirar. Su cerebro moría. Su color rosado cambiaba a gris y él no hacía nada más que mirar. Sólo mirar.

Va otro cuento

Es curioso cómo se forma una imagen en tu cabeza, que mientras estás escribiendo, aparece constantemente para recordarte que debes de contar su historia...

El espejo

Dicen que mi piel es blanca y suave, pero yo la veo rota y gastada. De pie frente al espejo empiezo a contar las grietas, una, dos, tres… no puedo seguir más, me volteo con la esperanza de que se vayan. Me entristece.
¡Era tan bonita! Mis mejillas, antes eran rosas, ahora el color se ha ido de mi cara. Mi cabello se cae. Dicen que eso sucede al envejecer, pero se suponía que yo no lo haría, que sería una niña para siempre, como una imagen congelada, como una pintura. Sí, eso deseaba ser, una pintura por la que el tiempo nunca pasa.
Sigo mirando mi reflejo, veo mis grandes ojos azules y me doy cuenta de que el brillo y la estrella que los adornaba se han desvanecido.
Ahora sé que tomaré una mano y tendré que sentarme a la mesa... buenos modales, té y galletas. Después de un rato se volverá aburrido y estaré otra vez frente al espejo.
Veo mis manos reflejadas y toco mi cara. Están heladas. Mi vestido está sucio, casi ha perdido los holanes y tiene hoyos en la falda. Recuerdo que era blanco con rosas en las mangas. Ahora es amarillo, y las rosas, extraviadas.
Perdí un zapato hace tiempo. Fue en una excursión en la selva, o tal vez en un safari en África. Lo único que queda es la triste y fea calza.
Miro mis dedos que salen por los agujeros. Tengo las uñas blancas, me gustaría que fueran rojas, ojalá me las pintaran.
Entra y sale, me ignora. Eso me gusta, el no tener que poner mi mejor cara y agradarle, el poder ser yo misma y no jugar a que tengo múltiples personalidades.
Quisiera pedirle que no gritara, que aunque fuera por un momento dejara de moverse. Intento abrir la boca, pienso las palabras pero no logran salir, no puedo hacerlas salir. Sufro. ¡Tengo tanto que decir! Me frustro y lloro, pero lloro sin lágrimas, mis ojos están secos, así como mi cara.
Tiembla y caigo del lado. Quiero moverme, volver a sentarme pero estoy rígida, como si estuviera entumecida. Tendré que quedarme así hasta que regrese. Pasó a mi lado y ni siquiera se dio cuenta. Es más fácil ignorarme. Me dejará ahí hasta que le dé la gana, pero, ¿cómo hablarle o gritarle, o siquiera reclamarle, si tan sólo soy una vieja hecha de porcelana?

miércoles, 20 de abril de 2011

I want to go to a party where...

- I want to go to a party where everybody is by themselves and doing nothing...
- I want to go to a party where everybody is dancing in their heads...
- I want to go to a party where the cake complains that everybody is ignoring him...
- I want to go to a party where the music is being played by a deaf man...
- I want to go to a party where everybody is using lightsabers as chopsticks...
- I want to go to a party where everybody talks with their eyes...
- I want to go to a party where everybody brings the monster that lives under their beds...
- I want to go to a party where everybody is sleeping and partying in their heads...
- I want to go to a party where everybody is on monocycles and laughing as hard as they can...


I really want to go...

Sometimes I wish...

- Sometimes I wish I could just be a really big fish...
- Sometimes I wish I had purple hair...
- Sometimes I wish I could read 3 books a day...
- Sometimes I wish I wasn't afraid of cats...
- Sometimes I wish I was Yoda's padawan...
- Sometimes I wish I was friends with Dr. Jekyll...
- Sometimes I wish I was Tim Burton's minion...
- Sometimes I wish I could see the words I speak...
- Sometimes I wish I was brave enough to sing in a karaoke bar...
- Sometimes I wish I lived in a horror movie...
- Sometimes I wish I was an air guitar master...
- Sometimes I wish I could work for Willy Wonka...
- Sometimes I wish I could live in a pineapple under the sea...
- Sometimes I wish I could go back to my home planet Tatooine...
- Sometimes I wish I could paint the music in my ears...
- Sometimes I wish I could live in a pocket watch...
- Sometimes I wish I had a hat with a cat...
- Sometimes I wish I had the magic book of the Neverending Story...
- Sometimes I wish I was a killer ninja...
- Sometimes I wish I could run as fast as a turtle...
- Sometimes I wish I could live in the world inside my head...
- Sometimes I wish there could be an all-you-can-eat french fries buffet...
- Sometimes I wish I was a Thestral...
- Sometimes I wish I was a portrait on the wall...
- Sometimes I wish I could live inside the mirror mirror on the wall...


Sometimes I wish...

domingo, 17 de abril de 2011

Un gato negro atropellado

Un día de aquellos manejaba por un importante y baleado boulevard de la ciudad cuando vi al pequeño gato que inspiró este cuento...

A un lado de la acera yacía un gato negro atropellado,
acostado de lado como si estuviera dormido.
Estaba todo despeinado, tenía la lengua de fuera
y sus ojos habían desaparecido.
Se podía ver su alma flotando arriba de su cuerpo,
con pequeñas alas de ángel y un diminuto halo.
Pensaba que era muy cierto,
que cuando vas a morir,
lo último que ves es una luz cegadora,
no sabiendo que esa luz no provenía del cielo,
sino del coche que lo había atropellado,
y todo por culpa de un conductor despistado.

Me pregunto...otra vez

- Me pregunto si se le veían los calzones a Mary Poppins cuando volaba…
- Me pregunto si mi vida es el sueño bizarro de un Pitufo…
- Me pregunto cómo serán los hijos de Piggy y Kermit…
- Me pregunto por qué los hombres se asustan cuando las mujeres piensan…
- Me pregunto qué siente un pañuelo desechable cuando se llena de mocos...
- Me pregunto cómo sería que los toros torearan a los toreros...
- Me pregunto si el Sombrerero Loco es pariente del Quijote...
- Me pregunto cuánto le dolió el zapatazo al Gato Viudo...
- Me pregunto por qué la pizza fría sabe mejor...
- Me pregunto cómo sería si las lágrimas fueran de fresa...
- Me pregunto cómo sería si nuestras piernas fueran de resorte...
- Me pregunto por qué pasamos cuando dice Prohibido Pasar...
- Me pregunto por qué no puedo tener mi Mustang 68, mi Bumblebee o mi Impala 69...
- Me pregunto si Rapunzel tenía orzuela...
- Me pregunto por qué se les dice Cuentos de Hadas si no en todos aparecen hadas...
- Me pregunto si Dexter encontrará la cura para el cáncer en su laboratorio...
- Me pregunto si en la otra vida Johnny Depp aceptará casarse conmigo...
- Me pregunto si en la otra vida querré casarme...
- Me pregunto si Snoopy es en realidad un filósofo reencarnado...
- Me pregunto cuántos borreguitos necesito para no tener insomnio...
- Me pregunto en quién desearía reencarnar un grillo...
- Me pregunto si a Yogi le dio diabetes después de tantos pasteles...
- Me pregunto a qué le tiene miedo el Boogeyman...
- Me pregunto si Rosita Fresita tiene crisis existenciales...
- Me pregunto cómo sería si no hubiera nacido y Walt Disney me hubiera inventado...
- Me pregunto si alguna vez la señora Claus le ha sido infiel a Santa...
- Me pregunto si Kitty será soltera para siempre...
- Me pregunto si Pitufina es la mamá de todos los Pitufos...
- Me pregunto cuántos litros de botox se necesitan para desarrugar a un Shar Pei...
- Me pregunto cuánta cera se necesita para depilar al Yeti...
- Me pregunto cuántas demandas por violencia doméstica han interpuesto las puertas...
- Me pregunto qué pensará el Arbolito de Navidad de que ninguno de los regalos es para él...
- Me pregunto si las películas tienen déjà vu cuando les ponen rewind...
- Me pregunto si los globos le temen a las agujas...
- Me pregunto si las agujas le temen a los globos...
- Me pregunto qué tan rápido desecharía Edgar Allan Poe mis cuentos si los leyera...
- Me pregunto si el Oso de la Coca se siente explotado...no lo sé, tal vez...