sábado, 27 de septiembre de 2008

Crónicas de un cerebro desempleado- Capítulo I

28 de Abril de 2008


Tiempo libre, demasiado para mi gusto, pero pues que se le puede hacer, es algo que me sobra en estos días.
No es que yo quisiera estar desocupada pero digamos que el destino asi lo quiso.
Me he puesto a pensar, algo que me encuentro haciendo en exceso últimamente, en cuántas veces supliqué al cielo estar sin las presiones del trabajo, sin horarios estresantes, sin jefes castrantes...en fin, todo lo que significa tener un empleo, pero ahora...siento decir muy a mi pesar que volvería sin chistar a sufrir todos los padecimientos existentes provocados por el estrés con tal de tener algo que hacer con tanto tiempo libre.
Estoy cansada de pensar, de pasar las horas tratando de encontrar algo interesante que hacer o por lo menos hallar una actividad que no requiera embobarme con la televisión o recordar traumas infantiles. Lo he intentado todo, desde leer un libro hasta contar los ladrillos de la pared del vecino, sólo para percatarme de que cuando estoy por terminar tengo que empezar de nuevo porque perdí la cuenta.
A esta edad ya no me quedan muchas cosas por hacer, al menos las que no requieren dinero, porque desafortunadamente no te pagan por ser un cerebro desempleado, que siendo sincera es más complicado que ser un cerebro empleado.
Tendré que buscar un nuevo hobby, coleccionaré insectos o tapas de refrescos, lo que sea para matar el tiempo, aunque tal vez esa sea la solución, MATAR AL TIEMPO...

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