Curiosamente hoy he andado muy "GRIM". Este mini cuento se me vino a la cabeza porque escuché a uno de mis perros. Pobrecito, si supiera lo que he escrito, dejaría de quererme...
Escuchaba ladrar a su perro. Intentaba dormir pero el animal ladraba sin cesar. Con la esperanza de dejar de oírlo se tapó la cara con la almohada. No funcionó. Para detener a su mascota se levantó y muy enojado salió rápidamente al jardín, sólo para encontrar la cabeza del perro colgando, junto a la grabadora que él mismo había dejado, con los ladridos del perro grabados y el volumen al máximo.
Un poco raro, es verdad...pero si no lo escribía, no me lo iba a poder sacar de la cabeza...
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