viernes, 22 de abril de 2011

Un minuto más

Me dicen el fin, me llaman la Muerte, algunos me temen, otros me desean, otros no quieren encontrarme, pero es inevitable, soy eterna e indispensable.
Miradas, voces, miles de pensamientos, ruegan por más tiempo, piden. Los escucho atentamente, los veo. Viven la vida sin darse cuenta de lo que vale. La usan, la malgastan, y cuando llega el final, me piden un minuto más. Y pensar que valoran más ese minuto que todo lo que dejan atrás. Me entristece. Ojalá fuera tan fácil, ojalá que con el sólo hecho de arrepentirse pudieran salvarse.
Durante sus vidas trato de advertirles, de hacerles entender que nada en su vida es gratis. Es triste que tenga que llegar ese momento para que aprecien todo lo que perderán. Una caricia, una mirada, todo lo que no supieron valorar. Sólo se acuerdan de mí cuando deciden vivir.
No puedo decir que lo siento, porque a fin de cuentas tengo que hacerlo. Tengo que llevármelos, uno a uno, aunque eso signifique el fin del mundo.
Así que cuando llegue el momento de que camines a mi lado, puede ser que sólo te conceda un minuto más. Aunque si lo llegas a pensar, un minuto puede ser una eternidad.




Este cuento lo "metí" en un concurso que hizo Gandhi, bueno, una versión más corta...tal vez no lo publiquen, pero al menos tuve el valor para enseñarlo...

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